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El Bruxismo Corpóreo

No es una patología ni una parafunción, es una respuesta adaptativa del sistema

El Bruxismo cada vez es más frecuente en la población y el número de consultas por este motivo va en aumento en las últimas décadas. Los últimos estudios avalan que hay diferentes factores como causas desencadenantes, pero tienen un eje común: “la hiperexcitabilidad en el sistema nervioso autónomo, con la presencia de una dificultad para adquirir y mantener un estado de relajación”.

La Medicina Tradicional China desde hace milenios lo ha planteado como una hiperexitabilidad del yang con deficiencia de Yin.
Una reacción involuntaria y de compensación del cuerpo para soltar tensiones acumuladas debidas a un exceso de excitabilidad del sistema nervioso autónomo.

¿Qué es el bruxismo?


Podemos hablar del bruxismo como una acción involuntaria que consiste en apretar los dientes, una manera que tiene el cuerpo de manifestar un malestar. Debemos entenderlo como una forma de liberar una tensión interna y no como una patología. La tensión liberada mediante este mecanismo de una forma continuada puede acabar generando problemas muy diversos y a veces complejos, que de persistir en el tiempo producirán diferentes síntomas que favorecen la presencia de diversas patologías. Es una reacción involuntaria y de compensación del cuerpo para soltar tensiones acumuladas debidas a un exceso de excitabilidad del sistema nervioso autónomo, podría decirse que se trata de una agresividad y rabia contenida que no se manifiesta ni transita correctamente, (hemos de entender la rabia y agresividad sin juicio de valor) muy vinculado a factores psicosociales. No siempre surge por el mismo motivo y cada caso necesita una evaluación particular y personalizada. El Bruxismo se convierte en un sensor del cuerpo, deja de ser una para función para que requiere de un tratamiento, para convertirse en el resultado de una sinfonía de eventos de compensación. Nos debemos referir de manera clara a la actividad motora mandibular en el sueño, de mediación central, modificable por distintos factores y que puede sumar otras actividades concomitantes en su expresión.

¿Qué tipos de bruxismo existen?


Podemos decir que existen dos tipos de bruxismo bien diferenciados:

  • El estático o concéntrico: aquel en que se aprietan los dientes pero no aparece movimiento de la mandíbula, lo que llamamos de tipo concéntrico.
  • El excéntrico o de fricción: el que cuando se aprietan presenta un movimiento de fricción entre los dientes y que llamamos excéntrico.

La tensión interna genera acciones involuntarias como tensar los hombros, apretar los puños o no poder mantener las piernas quietas. Más allá de la clasificación de bruxismo mi experiencia me lleva a hablar de Bruxismo corpóreo para tener una visión más amplia de esta acción
involuntaria, así que añadiría la respuesta de tensar los hombros, apretar los puños, no poder mantener las piernas quietas, o incluso presentar tensión en la musculatura involuntaria del aparato digestivo, para destacar algunas de las muchas otras maneras de manifestar esta tensión interna.

¿Qué efectos produce el bruxismo?


Si nos centramos en la acción principal del bruxismo, ya sea concéntrico o excéntrico, solo produce un desgaste en el esmalte de los dientes, y por tanto va limando la superficie de las piezas dentales hasta el punto de poder afectar la dentina y la pulpa, así pues, la salud bucal.

Pero está claro que esta afectación es solo la punta de un iceberg y que las repercusiones son de una amplísima magnitud, poniendo en riesgo muchas funciones corporales. Para hacer una síntesis de sus efectos destacaría la implicación que tiene esta acción en la esfera craneal, mandibular, oral y cervical ya que serán estas las zonas que más sujetas estarán a sufrir alguna alteración física y orgánica. Así, las personas que padecen bruxismo manifiestan a menudo dolor de cabeza, dolor de cervicales, afectación de la articulación temporomandibular, clic articular, acufenos (ruidos en el oído), distintos problemas bucales, afectación en la visión, vértigo, dolor en la musculatura de la cara y el cuello (dolor miofascial con la presencia de puntos gatillo), alteración en la dinámica y control motor de la mandíbula que afecta a
su buen funcionamiento para mantener una correcta oclusión. La dificultad para tener un buen descanso nocturno sería también uno de los motivos que repercutiría en el hecho de poder disfrutar de energía renovada para afrontar el día.

¿A qué edad comienza y por qué?

El bruxismo se puede sufrir en muchos momentos de la vida y afecta tanto a personas jóvenes como a adultas. En la infancia, entre los 6 y 10 años, a menudo se considera, aunque no esta muy claro como un factor negativo en el desarrollo cognitivo, neuromotor y del crecimiento mandibular del niño, y se supone relacionado con el estrés de todas las actividades y la carga de trabajo del niño en la escuela o fuera de ella.
El bruxismo infantil puede ser causado por tensión, nerviosismo físico y emocional.

Un factor importante del bruxismo es el cambio en la dentición de los niños. Esto es así para facilitar el estímulo de forma natural del crecimiento dental, del hueso y de la musculatura de la cara. Así pues, presentar una mala alineación dental que impide cerrar correctamente la mandíbula sería otro motivo. Los parásitos intestinales, los típicos gusanos, sería otra posible causa del bruxismo, que genera una incomodidad y un malestar provocando tensión y nerviosismo. Al bruxismo infantil se le debe dar la misma importancia que al de una persona adulta ya que si perdura en mucho en el tiempo dificultará muchos aspectos de futuro, como el buen crecimiento craneofacial del niño u otros implicados en desequilibrios de tipo más sistémicos. La valoración de la respiración oral o deglución atípica así como otros aspectos no hay que dejarlos pasar por alto.

En el caso de los adultos la presencia de este mecanismo mandibular viene muy vinculado a los distintos estresores ecobiopsicosociales y de la capacidad homeostática de dar una respuesta lo más equilibrada posible, factores genéticos y epigenéticos que van a influir en el fenotipo. Así podemos hablar de genética como energía “Qi”, esencia “Jing hereditario” y epigenética como “Jing adquirido”.

¿Cómo actuar cuando aparece el bruxismo?

Se debe tener una mirada global para poder afrontar esta situación que genera hiperexitabilidad del sistema. Desde la Medicina Tradicional China y acupuntura se puede realizar un diagnóstico energético que mire al bruxismo a un nivel ECOBIOPSICOSOCIOAL y permita actuar posteriormente de forma integrativa. De este modo se consigue una valoración de la persona teniendo en cuenta todas las situaciones y causas que lo puedan producir junto con sus mecanismos etiopatogénicos.

Esta situación en el caso de los adultos integra unos patrones más arraigados que en los niños. Las dinámicas de trabajo se centran en facilitar una buena oclusión de la mandíbula, aliviar tensión y disminuir el estado de estresores que origina la hiperexcitabilidad del sistema nervioso autónomo y su dificultad para relajarse, lo que llamamos en la Medicina China una agresividad y rabia no bien transitada. Liberar la tensión y facilitar el descanso reparador es primordial para romper el círculo y evitar que la musculatura se active, sobre todo por las noches. El tratamiento desde la Medicina Tradicional China con acupuntura y otras técnicas como el Qi Gong y su respiración consciente está dando buenos resultados en este tipo de problemas.

En el caso de los niños pequeños que padecen bruxismo el acompañamiento inicial debe de ser desde la pediatría integrativa, junto con una mirada global de odontopediatría, y codo a codo con un fisioterapeuta especializado en problemas cráneo-mandibulares y conocimientos de energética para tener este
planteamiento ecobiopsicosocial. La presencia sin duda de otros profesionales como un logopeda o un psicólogo infantil van a ayudar tener una visión más amplia de la situación y variabilidad de recursos.
El bruxismo debe de tener la mirada energética del Qi, un enfoque “ecobiopsicosocial”.

¿Existen diferencias entre el bruxismo nocturno y el diurno?


Efectivamente, hay diferencias entre el bruxismo nocturno y el diurno. En el bruxismo nocturno se presenta una incapacidad para poder relajar la musculatura mandibular que está hiperestimulada y por desbordamiento no es capaz de relajarse. Ha esto le llamamos un exceso de yang con deficiencia de yin de hígado. Estudios recientes sitúan el bruxismo nocturno al inicio de la fase REM del sueño donde, por algún motivo, se estimulan las neuronas motoras generando contracción muscular involuntaria.

Hacer un análisis de los sueños también podría ser una buena manera de abordar esta situación. Otros estudios lo relacionan con el ronquido, las pausas respiratorias, las apneas u otras alteraciones del sueño.
Por el contrario, en el bruxismo diurno entraría en juego la tensión manifiesta para afrontar las situaciones del día a día. Muchas personas presentan esta tensión para poder fortalecerse ante las tareas que deben realizar, lo que les da seguridad y firmeza. En ambos casos añadiría las situaciones que generan rabia o frustración que no está bien gestionada y canalizada emocionalmente.

Hay personas nerviosas por fuera y relajadas por dentro y otras que parecen relajadas por fuera y están nerviosas por dentro. Dos patrones que definen muy claramente que el bruxismo lo podemos encontrar de muchas maneras donde siempre hay exceso de tensión.
Otra diferenciación o manera de clasificarlo que se puede llevar a cabo es entre bruxismo primario, donde no hay una causa que lo provoque. Y bruxismo secundario, que surge en pacientes con enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el Síndrome de Down, el Parkinson o la demencia.

¿Qué mecanismos se activan en el bruxismo?


Desde un punto de vista fisiológico el bruxismo esta mediado por influencias autonómicas y cerebrales de excitación central, con actividad muscular. Esta actividad con micro despertares en el sueño esta influida por la actividad simpática cardiaca. Diversos neurotransmisores dopamina, noradrenalina o serotonina están implicados aunque aún no es concluyente. Otros factores respiratorios y deglutorios que buscan un rol protector del sistema a través de actividad motora, relacionado con el flujo de aire o reflujo gastroesofágico. La presencia de catecolaminas en orina apoyan el vínculo con el estrés y el bruxismo.

Desde el punto de vista energético de la Medicina China y acupuntura, se observa una alteración del Qi, disminución del yin con aumento de yang de Hígado, Riñón, y corazón órganos que controlan la tensión interna, la rabia, fuerza de voluntad, miedos, control muscular y sistema nervioso. El hecho de apretar con la mandíbula es la
activación de mecanismos de recompensa para posteriormente conseguir la relajación y bienestar. Los factores ambientales de nuestra sociedad moderna se convierten en agentes estresores con dificultad para lidiar correctamente por parte del Hígado, sostener por parte del Riñón y gestionar por parte del Corazón. El bruxismo se
convierte en el liberador de la tensión interna, que hay que entender y acompañar en su fisiopatología para conseguir una adecuada elección de su manejo dentro de la variada presentación y carácter multifactorial.

¿Qué recomienda para evitar el bruxismo?


Unos estilos de vida correctos son importantes para disminuir el estado de excitación y mejorar el bruxismo, así pues, conviene evitar estimulantes como el café, chocolate, alcohol, tabaco u otras sustancias excitantes. Es fundamental no recibir estímulos luminosos en exceso, sobre todo por las noches, practicar la respiración consciente, técnicas de relajación, una alimentación donde predominen frutas, verduras, legumbres, cereales en grano, evitar el exceso de carne roja, grasas, azúcares y harinas refinadas. Es bueno hacer baños de sal, practicar una actividad física suave y no muy intensa ni de larga duración, pues el agotamiento físico dificulta la capacidad de relajarse. Y lo más importante: evitar las situaciones que sean fuente de estrés que no sepa gestionar correctamente. Estos serían algunos de los consejos a seguir para poder estar mejor con respecto al bruxismo.

Una valoración desde la parte energética ecobiopsicosocial por profesionales que estén familiarizados en este tipo de situaciones va a permitir un planteamiento con posibilidad de éxito.

Prof. Josep Maria Charles Vallcanera
Director de Máster en Valoración Energética y Acupuntura


Desde Máster de Valoración energética y acupuntura próximamente
realizaremos una webinar sobre bruxismo.

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